Recientemente se ha producido un importante descubrimiento arqueológico, de casi 3.000 años de edad: una tumba de la dinastía Zhou fue hallada en Luoyang, provincia de Henan, China. Estos restos que la tierra ha guardado cuidadosamente, se remontan al año 770 a.C.
El hábitat ha dado lugar a una significativa diversificación en cuanto a la riqueza, integridad y localización de los restos encontrados, en función de cada momento de la historia. La excavación desenterró completos del pozo principal, cuatro carros de caballo y otros objetos físicos descubiertos en la tumba. Hay que partir de la base de que este tipo de patrimonio cultural se caracteriza por su fragilidad e invisibilidad. Mientras que otras tumbas en la región han sido despojadas de su contenido, la tumba Luoyang incluye cerámicas, armas de cobre, objetos de jade y otras riquezas porque no ha sufrido los estragos de los ladrones de tumbas.
El hábitat ha dado lugar a una significativa diversificación en cuanto a la riqueza, integridad y localización de los restos encontrados, en función de cada momento de la historia. La excavación desenterró completos del pozo principal, cuatro carros de caballo y otros objetos físicos descubiertos en la tumba. Hay que partir de la base de que este tipo de patrimonio cultural se caracteriza por su fragilidad e invisibilidad. Mientras que otras tumbas en la región han sido despojadas de su contenido, la tumba Luoyang incluye cerámicas, armas de cobre, objetos de jade y otras riquezas porque no ha sufrido los estragos de los ladrones de tumbas.
El pozo principal consiste en el cortejo fúnebre de quien podría haber
sido un oficial, dado que contiene cinco carros y doce caballos. Los
arqueólogos manifiestan que los animales no fueron sepultados vivos,
fueron sacrificados antes del entierro, como era común en ese período.
La tumba descubierta es un pozo vertical de tierra que debido a la
naturaleza del lugar y al largo tiempo transcurrido, del ataúd de madera
tradicional que contenía y del cuerpo del oficial, solo restan sus
cenizas. Los hoyos de la tumba tienen objetos de bronce y cerámica de
los principios de la dinastía Zhou del Oeste, en buen estado de
conservación.
En China, en la época en la que se produjo este entierro, el sistema
nacional de escritura estaba siendo desarrollado. Se trata del período
en el que surgen varias filosofías y religiones que dominarán China
posteriormente, como es el caso del Confusionismo y el Taoísmo. Y
gracias a este nuevo hallazgo, se presenta una gran riqueza histórica
para los historiadores tienen ahora una mayor comprensión de los ritos
funerarios y costumbres de la dinastía Zhou, de gran valor para la
cultura china y su divulgación enriquece la historia de la humanidad.
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